En clase,
realizamos un taller de escritura, un taller que pretendía crear un espacio donde
los participantes puedan desarrollar su creatividad y expresar sus sentimientos
y pensamientos.
Durante la
realización del taller compuesto por varias actividades, no se pretendía en ningún
momento que escribiésemos grandes poemas o grandes textos, simplemente se pretendía
despertar en nosotros a esa niña/o que llevamos todos dentro, ese
niño/a que no tenía miedo de abrir la mente e imaginar, de crear cosas nuevas, de
crear un mundo paralelo en el que nos sintamos escuchados y podamos expresarnos
de forma libre.
Cada uno de los
compañeros escribió cosas muy distintas dentro de un mismo contexto, lo que nos
recuerda que cada ser humano comprende y vive el mundo de una forma distinta y
que cada uno de nosotros es único e irrepetible.
Sentí durante
la realización del taller, que el grupo se cohesionaba al leer y compartir cada
uno de nuestros poemas porque en cierta manera, cada uno de los poemas refleja
el “alma” de cada uno de nosotros/as.
A mi parecer
esta experiencia sirve para cualquier persona que se encuentre o no en riesgo o
exclusión social, pueda de esa manera, salirse de lo que considera la
sociedad lo normal sin ser juzgado ni criticado y mucho menos castigado
por ello, también es importante que esta experiencia, proporciona a cada uno de nosotros una herramienta más de expresión y de creatividad.
Además creo que es una forma de relacionarse uno consigo mismo, de ver su realidad y de perdonarse por ser diferente a los demás.
Además creo que es una forma de relacionarse uno consigo mismo, de ver su realidad y de perdonarse por ser diferente a los demás.
En definitiva., una experiencia enriquecedora y muy recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario